jueves, 11 de octubre de 2012

¡A romper el empate!

Una  gran rivalidad se ha gestado en dos de los equipos con más trofeos de Super Tazón en la historia de la NFL, los Gigantes de Nueva York y los 49’s de San Francisco.

Este domingo se enfrentan en el legendario estadio Candlestick de San Francisco, fiel testigo de grandes batallas entre estos legendarios equipos; La escuadra de la bahía en California es uno de los serios contendientes este año al título, la campaña anterior se quedó a un paso de disputar el  campeonato, al caer en tiempo extra ante la escuadra de la Gran Manzana por pizarra de 20-17 en tiempo extra.

Curiosamente han sido dos las ocasiones en que se disputa el campeonato de conferencia en casa de los gambusinos y en ambas los Gigantes han salido avante. En los playoffs de ocho partidos disputados,  la serie está divida con cuatro victorias por bando.De un total de 28 juegos de temporada regular, ambas franquicias comparten números similares:  14 victorias por equipo.

Del baúl de los recuerdos sobresale un juego que estuvo a una jornada de enfrentar por primera vez a dos equipos invictos: en 1990 la NFL agendó para la semana número 13 un encuentro que pasaría a la historia de la televisión al registrar el segundo lugar de audiencia de partidos de lunes por la noche, sólo abajo del juego de 1985 entre los Delfines de Miami y los Osos de Chicago.

La liga programa los juegos de  lunes por la noche procurando que sean equipos de mucha audiencia para los ratings televisivos o atractivos con base en los resultados de la temporada previa.

San Franscisco había sido nombrado el equipo de los ochentas debido a los cuatro campeonatos logrados durante la década y buscaban un tercer campeonato consecutivo algo que hasta la fecha ningún equipo ha conseguido. El coach Bill Walsh se había retirado dos temporadas antes y había dejado su legado a su coordinador defensivo George Siefert quien le dio continuidad al proyecto.

Los Gigantes por su parte contaban con el Coach Bill Parcells quien se distinguía por una gran defensa y un poderoso ataque terrestre.

Una semana antes ambos equipos habían perdido el invicto, San Francisco en casa ante los Carneros de Los Angeles en ese entonces y los Gigantes en su visita a Filadelfia contra las Águilas; aún así la expectación generada no disminuyó pues probablemente se estaría jugando la opción de obtener la ventaja de jugar en casa rumbo al juego de campeonato de la Conferencia Nacional.

Fue un verdadero juego de estrategas, cabe destacar que en el grupo de entrenadores asistentes de los Gigantes se encontraban Tom Coughlin quien tenía a cargo el cuerpo de receptores, Bill Belichick era el coodinador defensivo y los equipos especiales los coordinaba Charlie Weis. Por los californianos destacaba el trabajo de Mike Holmgren como encargado de la ofensiva  y Ray Lewis en la defensiva secundaria.

El partido fue una lucha defensiva sin cuartel, los neoyorkinos fueron los primeros en romper el cero con un gol de campo de 20 yardas del pateador Matt Bahr. Joe Montana respondió con su ofensiva y conectó un pase de 23 yardas a su receptor John Taylor para darle la ventaja que nunca perderían. El mejor receptor de la historia,  Jerry Rice fue limitado por la defensiva secundaria a una sola recepción para una ganancia de 13 yardas, el resto de su ofensiva tan sólo logró 152 yardas por pase y 88 por la vía terrestre. El juego fue tan intenso y reñido que al final se dió una acalorada discusión entre el Mariscal de los Gigantes Phil Simms y el Profundo defensivo de los 49's Ronnie Lott.

Para el juego del domingo los protagonistas han cambiado, pero no la rivalidad la cual se acrecenta; los campeones Gigantes visitan a unos 49's que han esperado con ansias este duelo que promete muchas emociones como en antaño y del cual ya se le considera uno de los nuevos clásicos.

Héctor Salinas

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