sábado, 3 de agosto de 2013

La transición a Liga Mayor

De cara a la temporada 2013 de Liga Mayor y con los juegos de scrimmage interligas arranca formalmente la temporada con muchos retos e ilusiones para miles de jóvenes a lo largo y ancho del País. Muchos de ellos comenzaron su preparación desde el año anterior para cumplir su ciclo de elegibilidad en la Categoría Intermedia y aspirar a un lugar en el máximo nivel de futbol americano en México.

A continuación les presento las vivencias de cinco jugadores de los equipos de Águilas Blancas, Aztecas, Cheyennes y Cóndores, todos ellos en diferentes épocas quienes nos comparten los recuerdos de esa experiencia tan soñada para muchos de ellos.


Rodolfo Ruiz Galindo "Rudy"

¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?

EN 1973 - Águilas Blancas Campeón y  Novato del año.

 ¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Antes que nada, mi primer recuerdo es el football americano, mi papá fue jugador del IPN y posteriormente arbitro, asistí a la inauguración del Estadio de C.U. en el abdomen de mi madre en 1952; yo nací en 1953. Desde que recuerdo siempre acompañaba a mi padre a los juegos, había días de dos y tres juegos, de todas categorías, quizás soy de las pocas personas con tantos juegos e historias en la cabeza.

Me inicié en infantil precursor de la Pop Warner en México. Full back en mis inicios 1965 equipo Tacuba. Un año después en el equipo de Pemex las dos temporadas con el número 36 por “El Negro” Antonio Bradley. En 1968. Iniciando la escuela en la Vocacional Cinco, mi papá nos presentó con el Dr. Jacinto Licea en el Casco de Santo Tomás donde iniciamos la juvenil en la Vocacional Tres.

Cabe destacar que primero de niño yo era universitario, mi primer uniforme de niño fue azul y oro. Después por un juego de Pensacola vs Poli Blanco, por la derrota de los albiguindas y la tristeza de mis padres, me volví Burro Blanco.

En juvenil ese año por cambios en la edad solo salió un equipo entre las Vocacionales Cinco y Tres, decidiendo se llamara Vocacional Tres. Mi primer año yo traía cierto nombre pero llegue como un desconocido; por lo mismo de la fusión a la hora de escoger mi hermano se fue de quarterback y yo me decidí por half izquierdo; recuerdo éramos más de 25 en esa posición. A las dos semanas quedamos cuatro corredores, yo era el cuarto. 

Mi primera historia al entregarnos los jerseys, yo fui el único que no alcanzó nuevo y me dieron uno todo descolorido y era el número 47, le faltaba el 4 de la espalda. Ese primer año no participé en una sola jugada.

Para la segunda temporada y ya con otro head coach fui primer equipo empezando a destacar. La tercera temporada, campeón anotador y campeones contra la Preparatoria Cuatro en un gran juego en el Estadio de Prácticas de C.U.  Ese mismo año mi hermano y yo asistimos con los Gamos del CUM  y debido a que los entrenadores eran Pumas no nos recibieron y esperamos para subir a intermedia, no sé si nos hubieran aceptado tal vez habría otra historia.

En 1971 subí a intermedia desbancando a los tres corredores de mi primer año en juvenil, los tres años, excepcionales, campeón anotador los dos ultimas temporadas, lástima que no haya estadísticas en intermedia, la historia me colocaría sin ser vanidoso en lugar especial, juegos con más de cinco anotaciones, y juegos con más de 300 yardas. Por lógica y por inercia subí a Liga Mayor con las Águilas Blancas. 

¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

Bueno recibí invitaciones a jugar en el Tec. de Monterrey, por el head coach de Pieles Rojas (Manuel Rodero) y por la UNAM. Sin embargo mi sangre estaba teñida de guinda y blanco, no acepte. El Dr. Jacinto Licea quiso subirme después de mi segundo año pero por consejo de mi padre que ahora agradezco subí hasta terminada mi tercera temporada. Ya me consideraba un Águila Blanca.

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

El staff me recibió bastante bien, el Dr. Jacinto Licea me había invitado antes a desayunar para la bienvenida. Lógicamente sentí el cambio, el golpeo, la fuerza y la edad hacían muy diferente la Liga Mayor. Fue difícil llegar al mejor equipo en la historia de las Águilas Blancas casi todos con tres o  cuatro años jugados;  creo que no nos quedamos más de 10 novatos, a la gira a EUA solo fuimos cuatro novatos.

Recibí muchas presiones al principio, amenazas en los baños y en propio campo, al pasar de los años supe que había consigna de pegarme duro; la competencia era fuerte había buenos corredores, pero afortunadamente me quedé como half izquierdo, en ese primer año los otros dos izquierdos eran Carlos bustillos y Ricardo Strevel, tarea nada fácil.

Un grato recuerdo del juego en Monterrey, uno de ellos iba lastimado y al otro lo lastimaron en el primer cuarto, yo jugué tres cuartos en uno de mis mejores y más difíciles juegos. Novato del año y en el anuario que sacaron por el campeonato, recuerdo que al sumar las yardas ganadas en toda la temporada yo tuve el mayor número. Un gran año, pero difícil por la gran cantidad de veteranos y competencia. 

Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

 Muchos, pero nunca estuve en la mira el resultado de intermedia no podía ser más justificante.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

El respeto que me tenían, jamás me tocaron.

¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?

Para mi es lo mejor que me ha pasado en la vida, aun cuando estoy por tener una cirugía de cadera. Después del primer año grandes juegos, victorias y satisfacciones personales, campeón anotador por dos temporadas y subcampeón en la última. Juegos con más de cinco anotaciones que pudieron ser más si me hubieran mantenido más en el juego. 

Cinco trofeos y nominaciones en mi cuarto año, no creo que alguien más las tenga, jugador del año; campeón anotador; el mejor en la posición; el mejor del equipo y el mejor pateador de despeje. Finalmente el orgullo personal de pasar de un jugador con el jersey roído, roto y descolorido, sin una jugada en juvenil a lo que llegue a ser en las Águilas Blancas.


Odín García

¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?

En 1992, Cóndores

¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Primero que nada el tener unas buenas temporadas de intermedia y luego ir a probarme a Cóndores para tratar de ganarme un lugar.   

¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

Recibí invitaciones verbales de casi todos los equipos de liga mayor. Solo de Cóndores no. En ese entonces Cóndores no invitaban a nadie. Y cartas de Osos, Pieles Rojas, Redskins y Águilas Blancas. Centinelas en ese entonces ofrecía dinero a través de una plaza en el ejército. Cherokees me ofrecieron un carro y un coach de Águilas Blancas fue personalmente a hablar con mis papas mientras yo estaba en la escuela. 

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

Las instalaciones de Cóndores, la disciplina y organización fue lo que me hizo decidirme por Cóndores. Además que era el equipo bicampeón. No es por hacer menos a los otros equipos pero las instalaciones de aquel entonces de Cóndores eran muy superiores a los demás equipos.

Tenían dos campos para entrenar, el Estadio de Prácticas y además el Estadio Olímpico, comedor y un buen gimnasio. Además que la organización y disciplina eran únicas y eso fue lo que me acabó de sorprender. 

¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

No recuerdo cuantos cortes pero sí recuerdo que cuando llegué a probarme me tocó el numero 120. Lo cual quiere decir que había 119 novatos que llegaron antes de mi y creo que después de mi llegaron otros 10 a probarse y sólo nos quedamos 17. 

¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

En realidad la recuerdo toda. Pero lo más difícil fue el trampolín de 10 metros. No podía dormir desde semanas antes solo de pensar que me tenía que tirar de clavado de la plataforma de 10 m.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?

Un gran alivio, quitarse un gran peso de encima. Gran satisfacción por cumplir una meta más, gran alegría por ser parte de una excelente  organización y un gran compromiso  con el equipo con mis amigos y con mi familia ya que no había otro camino que ser triunfador. 


Alfonso Antonio Santiago “El Chino”

¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?

En 1990 al Politécnico Blanco

¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Realmente fue simple, terminé mis intermedias en el equipo de Politos de Zacatenco y el Coach Alfonso Cabrera “La Chita” (QEPD) nos invitó a los que terminábamos  a integrarnos al Politécnico Blanco y se me hizo una buena opción, a la semana de haber terminado mi última temporada de intermedia con “Los Politos” me presenté en el campo del Politécnico Blanco y a entrenar duro, hicieron algunos cortes pero le echamos ganas y formamos parte del equipo.

 ¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

Ese año recibimos invitaciones de los tres equipos del Politécnico de Liga Mayor; Águilas Blancas del Dr. Jacinto Licea; Pieles Rojas del coach Clemente Carmona (QEPD) y Cheyennes o Poli Blanco del coach Alfonso Cabrera “La Chita” (QEPD).

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

Increíble, realmente las instalaciones del Poli Blanco estaban muy viejas y en general el casillero estaba ya muy maltratado, pero eso nos esperábamos. Nosotros éramos la sangre “nueva” que iba a llevar a éste equipo a sus viejas glorias nuevamente, sólo era cuestión de tiempo y sacrificio y estábamos muy felices porque entrábamos a un nuevo nivel de football americano; entrábamos al máximo circuito que tiene el país y competíamos contra lo mejor de lo mejor. Eso es increíble y muy emocionante.

¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

Fueron varios, no tantos como los que hacen las Águilas Blancas o los Pieles Rojas pero tuvimos como tres o cuatro, desgraciadamente como sucede en nuestro deporte el corte más común que ves, es el del mismo jugador que tiene que dejar de jugar para ponerse a trabajar o del que ya es padre a una edad temprana y pues tiene otro tipo de responsabilidades

Casi al final de la pretemporada nosotros más bien teníamos “incrementos” en vez de cortes ya que el equipo aceptaba a “los cortados de calidad” de los otros equipos del IPN que por coraje o frustración se venían para acá, no fueron muchos “como novatos” pero si tuvimos algunos, “como veteranos” que salen de sus equipos por ser sustituidos por novatos con más cualidades si tuvimos muchos.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

Permíteme comentarte antes que el equipo tenía mucha camaradería y hermandad desde el inicio entre novatos y veteranos, no eran los súper jugadores “divas” de los otros equipos sino los estudiantes que tratábamos de hacer despertar “al gigante dormido”.

Éramos orgullosamente el equipo del Poli que más estudiantes “verdaderos” teníamos, todos éramos hermanos, nos apoyábamos mucho y no se “manchaban” con los novatos al contrario siempre los veteranos fueron muy comprensivos porque todos teníamos un fin en común, ese año no buscábamos ganar campeonatos, ese año buscaríamos ganar respeto.

Como ya es costumbre hoy en día nos vistieron de mujeres y salimos a pedir dinero a la Zona Rosa, fue muy divertido y “alguien” debe tener las fotos de aquel día, con lo recaudado hicimos una fiesta para todo el equipo, fue muy bonito, no había violencia ni humillaciones absurdas.

En el campo las cosas cambiaban bastante, ahí el novato tenía que vencer con habilidad la experiencia del veterano que no se iba a hacer de lado para que le quitaras el puesto, pero siempre de forma sana y competitiva, en el Poli Blanco los jugadores sabíamos aceptar quien era el mejor de la semana y tratábamos de mejorarlo, creo que ese año y el siguiente el Poli Blanco gano más scrimmages que en sus 10 temporadas anteriores juntas.

¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?

Realización, orgullo, felicidad y emoción, cuando fue el día de prensa y nos dieron nuestros jerseys sabíamos que ya éramos parte del equipo, si algo tenia Alfonso “La Chita” Cabrera era que sabía cómo motivarte y hacerte sacar lo mejor de ti. Habías logrado tu meta, eras parte de un equipo del Politécnico de liga mayor, estabas entrando a “otro nivel” de football americano, más rápido, más explosivo, más agresivo, donde no tenias tiempo de pensar solo reaccionar y sobre todo tenías un reto y una responsabilidad

Demostrarle a los otros equipos de Liga Mayor que si nos iban a ganar no sería fácil, personalmente sentía que ahora nos tocaría a nosotros empezar a patear traseros pero eso sólo se podría dar con mucho entrenamiento y la mentalidad correcta. 


Carlos Lozano “El Chano”

¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?

En 1991, a los Cóndores

¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Pues mira siempre he sido universitario por lo que ya tenía bien definido el equipo al cual quería pertenecer, en este caso los Cóndores por lo que al terminar mis intermedias en los Bucaneros de Satélite, pues lo siguiente era irme a probar con los Cóndores y así fue en 1991 que me presente en mayo a las prácticas para novatos que eran a las cuatro de la tarde pues los veteranos entrenaban a las tres.

 ¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

La primera invitación que recibí fue por parte de las Águilas Blancas después de un scrimmage que tuvimos contra ellos en intermedia, recibí invitación también de los Aztecas de la UDLA, del Politécnico Blanco (esto fue durante el Tazón Norte-Sur de Fademac ya que los Politos fueron base de la selección en mi último año de Intermedia), de los Osos Acatlán y por último de los Borregos del Estado de México.

A pesar de que aun no contaban con liga mayor en ese año, la invitación vino después, y fue más bien como una condición pues yo estudiaba en el Tec. Estado de México y al acomodar mis horarios escolares para poder ir a entrenar hasta CU la condición era que cuando saliese la categoría de Liga Mayor en el campus pues yo me cambiara a los Borregos.

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

A mí me impresionó mucho la organización y la disciplina que imponía el coach Diego García Miravete, me llamaba mucho la atención todos los pequeños detalles dentro y fuera de los casilleros, en el gimnasio en la bodega, en el campo, el coach Diego García Miravete ponía atención a todo y estaba pendiente que todo funcionara

Por ejemplo en el gimnasio había una sección llamada zona negra que era para los más constantes en el gimnasio y que asistían a diario una vez finalizadas las prácticas de primavera; las practicas que se suspendían cuando había lluvia, se pasaban al gimnasio casilleros y bodega; se hacia una práctica que le llaman por estaciones, se veía pizarrón, se hacía gimnasio, salto de cuerda en fin era una práctica en realidad.

Aunque no se pudieran utilizar los campos, los días de juego tenían sus rutinas también, el comedor, en fin eso como novato lo disfrute mucho, yo venía de una organización muy buena pero fue un cambio de 360 grados, el coach Diego García Miravete cuidaba mucho las instalaciones de hecho la mayor parte del tiempo practicábamos en el campo 3 que estaba en muy buenas condiciones.

Los jueves que era el ultimo día equipados antes del juego que generalmente eran los sábados se practicaba en el campo #2 de CU y esto con la finalidad de cuidar el empastado pues las ligas infantiles jugaban sus temporadas en este campo, como novato llegar a los casilleros donde se convivía con las Águilas Reales y los Guerreros Aztecas y ver que los Cóndores tenían la mejor infraestructura.

Desde la pintura hasta equipo pues era algo de sentirse orgulloso de pertenecer a esa organización, el coach era muy cuidadoso también de la utilería pues todo ese equipo se heredaba a las categorías inferiores además que en mi elegibilidad cada año estrenamos utilería pues el patronato encabezado por Carlos Machorro proveía de lo mejor cada año.

 ¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

Me parece que fueron tres cortes importantes, tres scrimmages de calificación definitivos, sin contar los cortes que se hacían por semana en algunas posiciones con chavos que de plano no se les veía futuro dentro de la organización.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

De la novatada de los Cóndores recuerdo que previo a esta tuvimos el último scrimmage de calificación, me fue muy bien descanse toda la segunda mitad y el nervio se hacía cada vez mayor pues acabando el scrimmage se pondría la lista definitiva de los Cóndores 1991 y yo competía en mi posición con el capitán de ese año Ricardo “El Teco” Sandoval (QEPD)

Pero sobre todo porque los novatos que aparecieran en esa lista iban a tener su novatada de inmediato, y así fue, la lista se puso a las cuatro de la tarde y no solo me quede en el equipo sino además en segundo equipo abajo del capitán; recuerdo ese sábado pues ese mismo día se celebraba en el Estadio Olímpico la final entre Pumas y América,

El único gol del juego cayo cuando nos estaban novateando el ruido y grito de gol se escuchó hasta la alberca olímpica lugar donde se llevan o llevaban a cabo las novatadas, recuerdo el miedo que te hacían sentir los veteranos pues se transformaban al momento de pegarte (chanclearte) te desconocían y tomaban un papel muy serio y agresivo se olvidaban de los compadrazgos durante unas horas al grado de crearte la duda si valía o no la pena pasar eso para poder jugar.

La clave es disfrutarla aunque haya dolor y humillación es echar relajo y no clavarse por que más se ensañan con las personas, lo más difícil para mí en la novatada Cóndor como en la de Pumas fue el trampolín de 10 metros, sufro de vértigo y el estar allá arriba y tener que aventarse de clavado para mí fue la muerte, de hecho en mi generación de los cóndores solo quedábamos tres novatos en la plataforma de 10 m.

Mauricio García de la Cadena, me parece que Edson Solorio y yo; ya me había aventado pero no caí de clavado y tuve que repetir, ya era tarde y el resto de los novatos ya estaba únicamente esperándonos a nosotros en las gradas de la alberca (el trampolín de 10 m. es lo último en la novatada cóndor) nos alentaban y vitoreaban, vamos ya aviéntense, ¡es de hue… novatos!

De hecho ese día llegó el coach Diego García Miravete y subió a la plataforma y me dijo: “vamos Carlos ya estás en el equipo pero sino pasas tu novatada no te puedes quedar”, ¡me armé de valor me aventé y pase! la felicidad de haber pasado la novatada es enorme, esa noche celebré con mis compañeros Juan Venegas y Alejandro Hernández que también venían de Bucaneros y de hecho jugamos juntos desde Pee Wee.

¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?

Es lo Máximo, la primera vez que me vestí con el uniforme de los cóndores fue un sueño hecho realidad, fue el día de prensa una semana antes de iniciar nuestra temporada contra los Centinelas en C.U. y luego entrar al Estadio Olímpico por la entrada de maratón el día del juego es indescriptible, escuchar los goyas en el campo, que te puedo decir.

El coach Diego García Miravete cuidaba mucho el orden en la banca, todos sentados, ofensiva lado derecho, defensiva lado izquierdo, todos con casco durante todo la duración del partido y aun lesionados con casco y jersey, tenía la esperanza de poder participar en el partido inaugural y lo hice de hecho jugué parte del tercer cuarto y todo el último cuarto.

Previamente tuve chance de hacerlo en la primera mitad pues yo era además especialista en zona de gol y entraba como guard medio en 65 zona de gol, hubo una serie ofensiva en el segundo cuarto de los centinelas y en cuarta y una por avanzar se la jugaron en nuestra yarda 35, el coach Trejo grito 65 zona de gol adentro y pues me agarraron ahora sí que de novato y no entre porque no escuche.

Nos hicieron primero y diez con el full back en el hueco natural que dejo la falta de uno de los dos guard medios, ¡o sea yo! la regañada del coordinador no se hizo esperar y créeme que aprendí, de ahí nunca me volvió a pasar.


Robín González

¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?

2011, Aztecas UDLAP

¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Jugué varios años en Cabo San Lucas y estuve también preparándome en high school en EU. Cuando llegó el tiempo, busqué las universidades que me interesaban y al encontrar la indicada me contacté con los coaches para hacerles saber sobre mi interés para ser parte de su equipo. Estuve preparándome físicamente para los try outs cerca de cuatro meses.

 ¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

Si, fui invitado por UDLAP para participar en su try out 

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

De inicio me sorprendí de lo grande y organizado que era el campus, me causo alegría saber que era el lugar donde iba a estudiar.

 ¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

 En el año que yo entré no hubo cortes, o bueno, no que yo supiera.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

Los veteranos imponían bastante respeto, de alguna forma hacían que nosotros, los novatos, apreciáramos estar en el equipo y que nos uniéramos entre nosotros.

¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?

Muy buen sentimiento, más por saber que era una meta que yo mismo me había propuesto.


Manuel Lara


¿El año en qué subiste a Liga Mayor y el equipo?

Subí en 1988 a los Cóndores UNAM

¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?

Yo jugaba en Pumitas AC, un equipo con mucha tradición con jugadores de Pumitas a Cóndores, muchos de nuestros coaches jugaban o habían jugado en los Condores, eso fue lo que terminó motivándome a subir a los Cóndores aunque desde niño cuando mi padre me llevó a ver jugar a Cóndores, me impactó su disciplina, el espíritu del equipo, la ambición en cada jugada, el orgullo, clase y la calidad de cada miembro del equipo, lo hacían totalmente diferente a los demás.

 ¿Recibiste una invitación para participar y de quién?

Si recibí invitación del Coach Manuel Neri, que cuando me llamó a mi casa, no podía creerlo, era una distinción y un honor que el coach Neri , me llamara para participar en las Panteras Negras de la UAM, pero mi destino ya estaba decidido.

¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?

Llegar a las instalaciones de Cóndores me impresionó, el gimnasio, la bodega ya no tenía que cargar mi equipo todos los días, el servicio médico, los campos eran maravillosos, cada vez que conocía una instalación, esto me motivaba a pensar y luchar por ser miembro de ese gran equipo.

¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?

¡Pasé cuatro cortes, éramos 12 alas defensivas izquierdas y sólo habían dos lugares!

 ¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?

Recuerdo la serie de juegos que hacían los veteranos y la unión que empezamos a hacer los novatos, esto creó una generación unida y con un solo objetivo, ser Cóndores a pesar de novatadas, era un trámite de orgullo, fuerza mental y física

¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?


No podía creerlo, había conseguido una gran objetivo de los deseos de vida en ése momento, el ser parte de Cóndores, era y hasta ahora ha sido un gran orgullo, soy afortunado de contarlo ya que pasaron muchos chavos muy buenos y que lamentablemente no lo lograron, hasta ahora los Cóndores han marcado mi vida, mis decisiones, mi carácter y mi persona de una forma positiva y que estoy seguro que llevaré a los Cóndores con orgullo, dignidad y mucho coraje toda mi vida en todas las actividades que haga.



Héctor Salinas


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