De cara a la temporada 2013 de Liga Mayor y con los juegos de scrimmage
interligas arranca formalmente la temporada con muchos retos e ilusiones para
miles de jóvenes a lo largo y ancho del País. Muchos de ellos comenzaron su
preparación desde el año anterior para cumplir su ciclo de elegibilidad en la
Categoría Intermedia y aspirar a un lugar en el máximo nivel de futbol
americano en México.
A continuación les presento las vivencias de cinco jugadores de los equipos
de Águilas Blancas, Aztecas, Cheyennes y Cóndores, todos ellos en diferentes épocas
quienes nos comparten los recuerdos de esa experiencia tan soñada para muchos
de ellos.
Rodolfo Ruiz Galindo "Rudy"
¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?
EN 1973 - Águilas Blancas Campeón y Novato del año.
¿Cuál fue el proceso que seguiste para
llegar a Liga Mayor?
Antes que nada, mi primer recuerdo es el football americano, mi papá fue
jugador del IPN y posteriormente arbitro, asistí a la inauguración del Estadio
de C.U. en el abdomen de mi madre en 1952; yo nací en 1953. Desde que recuerdo
siempre acompañaba a mi padre a los juegos, había días de dos y tres juegos, de
todas categorías, quizás soy de las pocas personas con tantos juegos e
historias en la cabeza.
Me inicié en infantil precursor de la Pop Warner en México. Full back en
mis inicios 1965 equipo Tacuba. Un año después en el equipo de Pemex las dos
temporadas con el número 36 por “El Negro” Antonio Bradley. En 1968. Iniciando
la escuela en la Vocacional Cinco, mi papá nos presentó con el Dr. Jacinto
Licea en el Casco de Santo Tomás donde iniciamos la juvenil en la Vocacional
Tres.
Cabe destacar que primero de niño yo era universitario, mi primer uniforme
de niño fue azul y oro. Después por un juego de Pensacola vs Poli Blanco, por
la derrota de los albiguindas y la tristeza de mis padres, me volví Burro
Blanco.
En juvenil ese año por cambios en la edad solo salió un equipo entre las
Vocacionales Cinco y Tres, decidiendo se llamara Vocacional Tres. Mi primer año
yo traía cierto nombre pero llegue como un desconocido; por lo mismo de la
fusión a la hora de escoger mi hermano se fue de quarterback y yo me decidí por
half izquierdo; recuerdo éramos más de 25 en esa posición. A las dos semanas
quedamos cuatro corredores, yo era el cuarto.
Mi primera historia al entregarnos los jerseys, yo fui el único que no
alcanzó nuevo y me dieron uno todo descolorido y era el número 47, le faltaba
el 4 de la espalda. Ese primer año no participé en una sola jugada.
Para la segunda temporada y ya con otro head coach fui primer equipo
empezando a destacar. La tercera temporada, campeón anotador y campeones contra
la Preparatoria Cuatro en un gran juego en el Estadio de Prácticas de
C.U. Ese mismo año mi hermano y yo asistimos con los Gamos del CUM
y debido a que los entrenadores eran Pumas no nos recibieron y esperamos
para subir a intermedia, no sé si nos hubieran aceptado tal vez habría otra historia.
En 1971 subí a intermedia desbancando a los tres corredores de mi primer
año en juvenil, los tres años, excepcionales, campeón anotador los
dos ultimas temporadas, lástima que no haya estadísticas en intermedia, la
historia me colocaría sin ser vanidoso en lugar especial, juegos con más de cinco
anotaciones, y juegos con más de 300 yardas. Por lógica y por inercia subí a
Liga Mayor con las Águilas Blancas.
¿Recibiste una invitación para participar y de quién?
Bueno recibí invitaciones a jugar en el Tec. de Monterrey, por el head
coach de Pieles Rojas (Manuel Rodero) y por la UNAM. Sin embargo mi sangre
estaba teñida de guinda y blanco, no acepte. El Dr. Jacinto Licea quiso subirme
después de mi segundo año pero por consejo de mi padre que ahora agradezco subí
hasta terminada mi tercera temporada. Ya me consideraba un Águila Blanca.
¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como
novato?
El staff me recibió bastante bien, el Dr. Jacinto Licea me había invitado
antes a desayunar para la bienvenida. Lógicamente sentí el cambio, el golpeo,
la fuerza y la edad hacían muy diferente la Liga Mayor. Fue difícil llegar al
mejor equipo en la historia de las Águilas Blancas casi todos con tres o
cuatro años jugados; creo que no nos quedamos más de 10 novatos, a
la gira a EUA solo fuimos cuatro novatos.
Recibí muchas presiones al principio, amenazas en los baños y en propio
campo, al pasar de los años supe que había consigna de pegarme duro; la
competencia era fuerte había buenos corredores, pero afortunadamente me quedé
como half izquierdo, en ese primer año los otros dos izquierdos eran Carlos
bustillos y Ricardo Strevel, tarea nada fácil.
Un grato recuerdo del juego en Monterrey, uno de ellos iba lastimado y al
otro lo lastimaron en el primer cuarto, yo jugué tres cuartos en uno de mis
mejores y más difíciles juegos. Novato del año y en el anuario que sacaron por
el campeonato, recuerdo que al sumar las yardas ganadas en toda la temporada yo
tuve el mayor número. Un gran año, pero difícil por la gran cantidad de
veteranos y competencia.
Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?
Muchos, pero nunca estuve en la mira el resultado de intermedia no
podía ser más justificante.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?
El respeto que me tenían, jamás me tocaron.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?
Para mi es lo mejor que me ha pasado en la vida, aun cuando estoy por tener
una cirugía de cadera. Después del primer año grandes juegos, victorias y
satisfacciones personales, campeón anotador por dos temporadas y subcampeón en
la última. Juegos con más de cinco anotaciones que pudieron ser más si me
hubieran mantenido más en el juego.
Cinco trofeos y nominaciones en mi cuarto año, no creo que alguien más las
tenga, jugador del año; campeón anotador; el mejor en la posición; el mejor del
equipo y el mejor pateador de despeje. Finalmente el orgullo personal de
pasar de un jugador con el jersey roído, roto y descolorido, sin una jugada en
juvenil a lo que llegue a ser en las Águilas Blancas.
Odín García
¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?
En 1992, Cóndores
¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a Liga Mayor?
Primero que nada el tener unas buenas temporadas de intermedia y luego ir a
probarme a Cóndores para tratar de ganarme un lugar.
¿Recibiste una invitación para participar y de quién?
Recibí invitaciones verbales de casi todos los equipos de liga mayor. Solo
de Cóndores no. En ese entonces Cóndores no invitaban a nadie. Y cartas de Osos, Pieles Rojas, Redskins y Águilas Blancas. Centinelas en ese
entonces ofrecía dinero a través de una plaza en el ejército. Cherokees me
ofrecieron un carro y un coach de Águilas Blancas fue personalmente a hablar
con mis papas mientras yo estaba en la escuela.
¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar a las instalaciones como novato?
Las instalaciones de Cóndores, la disciplina y organización fue lo que me
hizo decidirme por Cóndores. Además que era el equipo bicampeón. No es por
hacer menos a los otros equipos pero las instalaciones de aquel entonces de
Cóndores eran muy superiores a los demás equipos.
Tenían dos campos para entrenar, el Estadio de Prácticas y además el
Estadio Olímpico, comedor y un buen gimnasio. Además que la organización y
disciplina eran únicas y eso fue lo que me acabó de sorprender.
¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en el equipo?
No recuerdo cuantos cortes pero sí recuerdo que cuando llegué a probarme me
tocó el numero 120. Lo cual quiere decir que había 119 novatos que llegaron
antes de mi y creo que después de mi llegaron otros 10 a probarse y sólo nos
quedamos 17.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu novatada?
En realidad la recuerdo toda. Pero lo más difícil fue el trampolín de 10
metros. No podía dormir desde semanas antes solo de pensar que me tenía que
tirar de clavado de la plataforma de 10 m.
.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte del equipo?
Un gran alivio, quitarse un gran peso de encima. Gran satisfacción por
cumplir una meta más, gran alegría por ser parte de una excelente
organización y un gran compromiso con el equipo con mis amigos y
con mi familia ya que no había otro camino que ser triunfador.
Alfonso Antonio Santiago “El Chino”
¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?
En 1990 al Politécnico Blanco
¿Cuál fue el proceso que seguiste para
llegar a Liga Mayor?
Realmente fue simple, terminé mis intermedias en el equipo de Politos de
Zacatenco y el Coach Alfonso Cabrera “La Chita” (QEPD) nos invitó a los que
terminábamos a integrarnos al Politécnico Blanco y se me hizo una buena opción,
a la semana de haber terminado mi última temporada de intermedia con “Los
Politos” me presenté en el campo del Politécnico Blanco y a entrenar duro,
hicieron algunos cortes pero le echamos ganas y formamos parte del equipo.
¿Recibiste una invitación para participar
y de quién?
Ese año recibimos invitaciones de los tres equipos del Politécnico de Liga
Mayor; Águilas Blancas del Dr. Jacinto Licea; Pieles Rojas del coach Clemente
Carmona (QEPD) y Cheyennes o Poli Blanco del coach Alfonso Cabrera “La Chita”
(QEPD).
¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar
a las instalaciones como novato?
Increíble, realmente las instalaciones del Poli Blanco estaban muy viejas y
en general el casillero estaba ya muy maltratado, pero eso nos esperábamos.
Nosotros éramos la sangre “nueva” que iba a llevar a éste equipo a sus viejas
glorias nuevamente, sólo era cuestión de tiempo y sacrificio y estábamos muy
felices porque entrábamos a un nuevo nivel de football americano; entrábamos al
máximo circuito que tiene el país y competíamos contra lo mejor de lo mejor.
Eso es increíble y muy emocionante.
¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en
el equipo?
Fueron varios, no tantos como los que hacen las Águilas Blancas o los
Pieles Rojas pero tuvimos como tres o cuatro, desgraciadamente como sucede en
nuestro deporte el corte más común que ves, es el del mismo jugador que
tiene que dejar de jugar para ponerse a trabajar o del que ya es padre a una
edad temprana y pues tiene otro tipo de responsabilidades
Casi al final de la pretemporada nosotros más bien teníamos “incrementos”
en vez de cortes ya que el equipo aceptaba a “los cortados de calidad” de los
otros equipos del IPN que por coraje o frustración se venían para acá, no
fueron muchos “como novatos” pero si tuvimos algunos, “como veteranos” que
salen de sus equipos por ser sustituidos por novatos con más cualidades si
tuvimos muchos.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu
novatada?
Permíteme comentarte antes que el equipo tenía mucha camaradería y
hermandad desde el inicio entre novatos y veteranos, no eran los súper
jugadores “divas” de los otros equipos sino los estudiantes que tratábamos de
hacer despertar “al gigante dormido”.
Éramos orgullosamente el equipo del Poli que más estudiantes “verdaderos”
teníamos, todos éramos hermanos, nos apoyábamos mucho y no se “manchaban” con
los novatos al contrario siempre los veteranos fueron muy comprensivos porque
todos teníamos un fin en común, ese año no buscábamos ganar campeonatos, ese
año buscaríamos ganar respeto.
Como ya es costumbre hoy en día nos vistieron de mujeres y salimos a pedir
dinero a la Zona Rosa, fue muy divertido y “alguien” debe tener las fotos de
aquel día, con lo recaudado hicimos una fiesta para todo el equipo, fue muy
bonito, no había violencia ni humillaciones absurdas.
En el campo las cosas cambiaban bastante, ahí el novato tenía que vencer
con habilidad la experiencia del veterano que no se iba a hacer de lado para
que le quitaras el puesto, pero siempre de forma sana y competitiva, en el Poli
Blanco los jugadores sabíamos aceptar quien era el mejor de la semana y
tratábamos de mejorarlo, creo que ese año y el siguiente el Poli Blanco gano
más scrimmages que en sus 10 temporadas anteriores juntas.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte
del equipo?
Realización, orgullo, felicidad y emoción, cuando fue el día de prensa y
nos dieron nuestros jerseys sabíamos que ya éramos parte del equipo, si algo
tenia Alfonso “La Chita” Cabrera era que sabía cómo motivarte y hacerte sacar
lo mejor de ti. Habías logrado tu meta, eras parte de un equipo del Politécnico
de liga mayor, estabas entrando a “otro nivel” de football americano, más
rápido, más explosivo, más agresivo, donde no tenias tiempo de pensar solo
reaccionar y sobre todo tenías un reto y una responsabilidad
Demostrarle a los otros equipos de Liga Mayor que si nos iban a ganar no
sería fácil, personalmente sentía que ahora nos tocaría a nosotros empezar a
patear traseros pero eso sólo se podría dar con mucho entrenamiento y la
mentalidad correcta.
Carlos Lozano “El Chano”
¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?
En 1991, a los Cóndores
¿Cuál fue el proceso que seguiste para
llegar a Liga Mayor?
Pues mira siempre he sido universitario por lo que ya tenía bien definido
el equipo al cual quería pertenecer, en este caso los Cóndores por lo que al
terminar mis intermedias en los Bucaneros de Satélite, pues lo siguiente era
irme a probar con los Cóndores y así fue en 1991 que me presente en mayo a las
prácticas para novatos que eran a las cuatro de la tarde pues los veteranos
entrenaban a las tres.
¿Recibiste una invitación para participar
y de quién?
La primera invitación que recibí fue por parte de las Águilas Blancas
después de un scrimmage que tuvimos contra ellos en intermedia, recibí
invitación también de los Aztecas de la UDLA, del Politécnico Blanco (esto fue
durante el Tazón Norte-Sur de Fademac ya que los Politos fueron base de la
selección en mi último año de Intermedia), de los Osos Acatlán y por último de
los Borregos del Estado de México.
A pesar de que aun no contaban con liga mayor en ese año, la invitación
vino después, y fue más bien como una condición pues yo estudiaba en el Tec. Estado
de México y al acomodar mis horarios escolares para poder ir a entrenar hasta
CU la condición era que cuando saliese la categoría de Liga Mayor en el campus
pues yo me cambiara a los Borregos.
¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar
a las instalaciones como novato?
A mí me impresionó mucho la organización y la disciplina que imponía el
coach Diego García Miravete, me llamaba mucho la atención todos los pequeños
detalles dentro y fuera de los casilleros, en el gimnasio en la bodega, en el
campo, el coach Diego García Miravete ponía atención a todo y estaba pendiente
que todo funcionara
Por ejemplo en el gimnasio había una sección llamada zona negra que era
para los más constantes en el gimnasio y que asistían a diario una vez finalizadas
las prácticas de primavera; las practicas que se suspendían cuando había
lluvia, se pasaban al gimnasio casilleros y bodega; se hacia una práctica que
le llaman por estaciones, se veía pizarrón, se hacía gimnasio, salto de cuerda
en fin era una práctica en realidad.
Aunque no se pudieran utilizar los campos, los días de juego tenían sus
rutinas también, el comedor, en fin eso como novato lo disfrute mucho, yo venía
de una organización muy buena pero fue un cambio de 360 grados, el coach Diego
García Miravete cuidaba mucho las instalaciones de hecho la mayor parte del
tiempo practicábamos en el campo 3 que estaba en muy buenas condiciones.
Los jueves que era el ultimo día equipados antes del juego que generalmente
eran los sábados se practicaba en el campo #2 de CU y esto con la finalidad de cuidar
el empastado pues las ligas infantiles jugaban sus temporadas en este campo,
como novato llegar a los casilleros donde se convivía con las Águilas Reales y
los Guerreros Aztecas y ver que los Cóndores tenían la mejor infraestructura.
Desde la pintura hasta equipo pues era algo de sentirse orgulloso de
pertenecer a esa organización, el coach era muy cuidadoso también de la
utilería pues todo ese equipo se heredaba a las categorías inferiores además
que en mi elegibilidad cada año estrenamos utilería pues el patronato
encabezado por Carlos Machorro proveía de lo mejor cada año.
¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en
el equipo?
Me parece que fueron tres cortes importantes, tres scrimmages de
calificación definitivos, sin contar los cortes que se hacían por semana en
algunas posiciones con chavos que de plano no se les veía futuro dentro de la
organización.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu
novatada?
De la novatada de los Cóndores recuerdo que previo a esta tuvimos el último
scrimmage de calificación, me fue muy bien descanse toda la segunda mitad y el
nervio se hacía cada vez mayor pues acabando el scrimmage se pondría la lista
definitiva de los Cóndores 1991 y yo competía en mi posición con el capitán de
ese año Ricardo “El Teco” Sandoval (QEPD)
Pero sobre todo porque los novatos que aparecieran en esa lista iban a
tener su novatada de inmediato, y así fue, la lista se puso a las cuatro de la
tarde y no solo me quede en el equipo sino además en segundo equipo abajo del
capitán; recuerdo ese sábado pues ese mismo día se celebraba en el Estadio Olímpico
la final entre Pumas y América,
El único gol del juego cayo cuando nos estaban novateando el ruido y grito
de gol se escuchó hasta la alberca olímpica lugar donde se llevan o llevaban a
cabo las novatadas, recuerdo el miedo que te hacían sentir los veteranos pues
se transformaban al momento de pegarte (chanclearte) te desconocían y tomaban
un papel muy serio y agresivo se olvidaban de los compadrazgos durante unas
horas al grado de crearte la duda si valía o no la pena pasar eso para poder
jugar.
La clave es disfrutarla aunque haya dolor y humillación es echar relajo y
no clavarse por que más se ensañan con las personas, lo más difícil para mí en
la novatada Cóndor como en la de Pumas fue el trampolín de 10 metros, sufro de
vértigo y el estar allá arriba y tener que aventarse de clavado para mí fue la
muerte, de hecho en mi generación de los cóndores solo quedábamos tres novatos
en la plataforma de 10 m.
Mauricio García de la Cadena, me parece que Edson Solorio y yo; ya me había
aventado pero no caí de clavado y tuve que repetir, ya era tarde y el resto de
los novatos ya estaba únicamente esperándonos a nosotros en las gradas de la
alberca (el trampolín de 10 m. es lo último en la novatada cóndor) nos
alentaban y vitoreaban, vamos ya aviéntense, ¡es de hue… novatos!
De hecho ese día llegó el coach Diego García Miravete y subió a la
plataforma y me dijo: “vamos Carlos ya estás en el equipo pero sino pasas tu
novatada no te puedes quedar”, ¡me armé de valor me aventé y pase! la felicidad
de haber pasado la novatada es enorme, esa noche celebré con mis compañeros
Juan Venegas y Alejandro Hernández que también venían de Bucaneros y de hecho
jugamos juntos desde Pee Wee.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte
parte del equipo?
Es lo Máximo, la primera vez que me vestí con el uniforme de los cóndores
fue un sueño hecho realidad, fue el día de prensa una semana antes de iniciar
nuestra temporada contra los Centinelas en C.U. y luego entrar al Estadio
Olímpico por la entrada de maratón el día del juego es indescriptible, escuchar
los goyas en el campo, que te puedo decir.
El coach Diego García Miravete cuidaba mucho el orden en la banca, todos
sentados, ofensiva lado derecho, defensiva lado izquierdo, todos con casco
durante todo la duración del partido y aun lesionados con casco y jersey, tenía
la esperanza de poder participar en el partido inaugural y lo hice de hecho
jugué parte del tercer cuarto y todo el último cuarto.
Previamente tuve chance de hacerlo en la primera mitad pues yo era además
especialista en zona de gol y entraba como guard medio en 65 zona de gol, hubo
una serie ofensiva en el segundo cuarto de los centinelas y en cuarta y una por
avanzar se la jugaron en nuestra yarda 35, el coach Trejo grito 65 zona de gol
adentro y pues me agarraron ahora sí que de novato y no entre porque no escuche.
Nos hicieron primero y diez con el full back en el hueco natural que dejo
la falta de uno de los dos guard medios, ¡o sea yo! la regañada del coordinador
no se hizo esperar y créeme que aprendí, de ahí nunca me volvió a pasar.
Robín González
¿El año en que subiste a Liga Mayor y el equipo?
2011, Aztecas UDLAP
¿Cuál fue el proceso que seguiste para
llegar a Liga Mayor?
Jugué varios años en Cabo San Lucas y
estuve también preparándome en high school en EU. Cuando llegó el tiempo,
busqué las universidades que me interesaban y al encontrar la indicada me
contacté con los coaches para hacerles saber sobre mi interés para ser parte de
su equipo. Estuve preparándome físicamente para los try outs cerca de cuatro meses.
¿Recibiste una invitación para participar
y de quién?
Si, fui invitado por UDLAP para participar
en su try out
¿Cuál fue tu primera impresión al ingresar
a las instalaciones como novato?
De inicio me sorprendí de lo grande y
organizado que era el campus, me causo alegría saber que era el lugar donde iba
a estudiar.
¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en
el equipo?
En
el año que yo entré no hubo cortes, o bueno, no que yo supiera.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu
novatada?
Los veteranos imponían bastante respeto,
de alguna forma hacían que nosotros, los novatos, apreciáramos estar en el
equipo y que nos uniéramos entre nosotros.
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte
del equipo?
Muy buen sentimiento, más por saber que
era una meta que yo mismo me había propuesto.
Manuel Lara
¿El año en qué subiste a
Liga Mayor y el equipo?
Subí
en 1988 a
los Cóndores UNAM
¿Cuál fue el proceso que seguiste para
llegar a Liga Mayor?
Yo jugaba en Pumitas AC, un equipo
con mucha tradición con jugadores de Pumitas a Cóndores, muchos de nuestros
coaches jugaban o habían jugado en los Condores, eso fue lo que terminó motivándome
a subir a los Cóndores aunque desde niño cuando mi padre me llevó a ver jugar a
Cóndores, me impactó su disciplina, el espíritu del equipo, la ambición en cada
jugada, el orgullo, clase y la calidad de cada miembro del equipo, lo hacían
totalmente diferente a los demás.
¿Recibiste una invitación para
participar y de quién?
Si recibí invitación del Coach
Manuel Neri, que cuando me llamó a mi casa, no podía creerlo, era una
distinción y un honor que el coach Neri , me llamara para participar en las
Panteras Negras de la UAM, pero mi destino ya estaba decidido.
¿Cuál fue tu primera impresión al
ingresar a las instalaciones como novato?
Llegar a las instalaciones de
Cóndores me impresionó, el gimnasio, la bodega ya no tenía que cargar mi equipo
todos los días, el servicio médico, los campos eran maravillosos, cada vez que
conocía una instalación, esto me motivaba a pensar y luchar por ser miembro de
ese gran equipo.
¿Cuántos cortes pasaste para quedarte en
el equipo?
¡Pasé cuatro cortes, éramos 12 alas defensivas
izquierdas y sólo habían dos lugares!
¿Qué es lo que más recuerdas de tu
novatada?
Recuerdo la serie de juegos que
hacían los veteranos y la unión que empezamos a hacer los novatos, esto creó
una generación unida y con un solo objetivo, ser Cóndores a pesar de novatadas,
era un trámite de orgullo, fuerza mental y física
¿Cuál fue tu sensación al sentirte parte
del equipo?
No podía creerlo, había conseguido
una gran objetivo de los deseos de vida en ése momento, el ser parte de
Cóndores, era y hasta ahora ha sido un gran orgullo, soy afortunado de contarlo
ya que pasaron muchos chavos muy buenos y que lamentablemente no lo lograron,
hasta ahora los Cóndores han marcado mi vida, mis decisiones, mi carácter y mi
persona de una forma positiva y que estoy seguro que llevaré a los Cóndores con
orgullo, dignidad y mucho coraje toda mi vida en todas las actividades que
haga.
Héctor Salinas
Amables aficionados sus comentarios serán
bienvenidos, me pueden contactar en hecmansalz71@gmail.com y
twitter@enlazonadetd.com
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